DÍA 3: Lo 1º Que Debes Cambiar Si Quieres Lograr Tus Metas

Ayer hablamos de tres conceptos esenciales que a menudo pasamos por alto y que nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Hoy quiero hablarte de algo aún más importante.

Algo que, si no cultivas con cuidado, saboteará cualquier meta que te propongas lograr:

Tu mentalidad.

Sé lo que estás pensando: “Estoy harto/a de que me digan que la mentalidad es importante. Ya lo sé.”

Bien, entonces déjame explicarte por qué realmente importa y cómo afecta todas las áreas de tu vida sin que te des cuenta.

¿Qué Es la Mentalidad y Por Qué Es Importante?

La mentalidad es como un filtro a través del cual interpretas el mundo. Puedes pensar en ella como unas gafas: si tus gafas son rojas, verás todo teñido de rojo; si son azules, verás el mundo en azul.

Ese filtro no es más que un conjunto de creencias, actitudes y percepciones que has acumulado a lo largo de tu vida.

Imagina que naciste con unas gafas completamente transparentes, pero que, con el tiempo, las experiencias, tu familia, profesores y amigos han ido añadiendo colores y matices. Ahora solo puedes ver la realidad a través de esas lentes teñidas.

La buena noticia es que este filtro se puede cambiar. Tu mentalidad no es algo fijo ni inmutable, pero el primer paso para cambiarla es reconocer que está ahí.

Gafas con filtro tintado. Imagen via: Las gafas de Hepburn

Preguntas para Evaluar Tu Mentalidad

Voy a compartir algunas preguntas clave para que reflexiones. Responde con sinceridad:

1. ¿Ves los problemas y desafíos como fracasos o como oportunidades?

2. ¿Consideras las situaciones desconocidas como algo a evitar o como una oportunidad de crecimiento?

3. ¿Ves el cambio como algo negativo o positivo?

4. ¿Sientes que tienes control sobre tu vida o crees que las circunstancias deciden por ti?

5. ¿Piensas que puedes seguir aprendiendo o que tus habilidades ya están limitadas?

6. ¿Te has cuestionado alguna vez las creencias que tus padres, profesores o amigos te inculcaron?

Si la mayoría de tus respuestas fueron pesimistas o negativas, es probable que tengas una mentalidad fija. Si tus respuestas fueron más optimistas o positivas, es probable que tengas una mentalidad de crecimiento.

Es importante destacar que puedes tener una mentalidad fija en algunas áreas de tu vida y una mentalidad de crecimiento en otras. Por ejemplo, puedes ser muy proactivo y positivo en el trabajo, pero sentirte bloqueado en el ámbito personal, pensando que “si no he encontrado pareja hasta ahora, nunca lo haré.”

Mentalidad fija vs. Mentalidad de crecimiento. Imagen via: Psyke

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Cómo Tu Mentalidad Define Tus Acciones y Decisiones

La mentalidad es fundamental porque influye en cada acción y decisión que tomas. 

Si no te ves a ti mismo/a de cierta manera, no actuarás en consecuencia (y si lo haces, no será sostenible). Si no crees en algo, simplemente no lo intentarás o no pondrás el esfuerzo necesario.

Veámoslo con ejemplos:

• Si no te consideras una persona valiosa, no actuarás con confianza (o solo lo harás en ciertas situaciones).

• Si no crees que eres una persona saludable, no tomarás decisiones saludables (o solo lo harás de forma esporádica).

• Si no crees que los problemas tienen solución, no buscarás resolverlos de manera efectiva.

• Si no crees que puedes perder peso, no lo intentarás de verdad (o abandonarás rápidamente).

A veces, influencias externas nos empujan a actuar de cierta manera por un tiempo, pero si en el fondo no lo creemos, tarde o temprano volvemos a nuestros viejos hábitos.

Cada acción que tomas está respaldada por una creencia. Si no crees en algo, no lo harás, al menos no de manera consistente.

La Clave para Alcanzar Tus Metas: Revisa Tu Mentalidad

Si realmente quieres alcanzar tus objetivos, lo primero que debes hacer es asegurarte de que tu mentalidad no te esté frenando.

Piensa en tus metas actuales y reflexiona:

• ¿Tienes creencias que te están limitando? (Crees que puedes hacerlo, de verdad?

• ¿Estás actuando como la persona que quieres ser o como la persona que crees que eres ahora?

El éxito no se logra solo con esfuerzo, sino alineando tus creencias con tus acciones.

Al emprender este reto de 30 días, creo con convicción que puedo hacerlo.

Cada día que escribo, estoy creando evidencia tangible que respalda esa creencia. Cuando me encuentro con obstáculos, busco soluciones en lugar de excusas.

Por ejemplo, ayer no pude grabar por la mañana por falta de tiempo, pero en lugar de abandonar, encontré una media hora al mediodía para hacerlo.

Esa pequeña victoria es prueba de que cuando tienes una mentalidad de crecimiento, siempre encuentras la forma de avanzar, aunque no sea exactamente como lo planeaste.

Si algo no sale como esperabas, ajustas, pero sigues adelante. Eso es lo que marca la diferencia entre abandonar y alcanzar lo que te propones.

Nos vemos mañana en el próximo blog.

Laura