DÍA 13: Nunca es Tarde para Empezar Algo que Te Encanta (y 4 Consejos para Hacerlo)
- Laura Angez

- 6 nov 2024
- 4 Min. de lectura
¿Alguna vez has sentido que dejaste algo importante en el camino?
A veces, nuestras pasiones de la infancia quedan atrapadas en el pasado, olvidadas en medio de las responsabilidades y las expectativas de los demás.
Hoy quiero hablar de algo que me ha enseñado el poder de reconectar conmigo misma: mi regreso al baile.
Esta es la historia de cómo redescubrí una parte de mí que había olvidado, y de cómo tú también puedes encontrar esa chispa que te llena de vida.
Este año, en abril, comencé clases de baile y descubrí una pasión y un talento natural que había quedado enterrado. Si has leído el episodio 7, recordarás que mencioné lo importante que es tener una actividad semanal que realmente disfrutes.
Para mí, esa actividad ha sido el baile, y ha sido increíble redescubrir toda la alegría que me trae.

Mi Amor por el Baile desde Niña
De pequeña, me encantaba bailar, pintar y cualquier cosa que me permitiera expresarme. Me apasiona poder expresar lo que siento, ya sea a través del movimiento, la pintura o las palabras. Cada una de estas formas de expresión me conecta con una parte única de mí.
Uno de mis recuerdos más felices es de cuando tenía 8 años, en la boda de un familiar, donde me pasé toda la fiesta en la pista de baile, dándolo todo. A esa edad, bailar me hacía sentir libre y feliz.
Pero, un año después, todo cambió. Cuando tenía 9 años, cambié de escuela, y ese fue solo uno de los muchos cambios que viví en mi infancia. En total, cambié de escuela cuatro veces entre los 5 y los 16 años. Con cada cambio, me volví más tímida, más reservada, y poco a poco fui dejando de lado esas actividades artísticas que tanto disfrutaba.
Adaptarse al Cambio y Perderse en el Proceso
Mudarse de un pequeño pueblo a una ciudad fue un cambio brusco. La gente juzgaba mucho más, era más superficial, y las críticas parecían constantes. Sentía que tenía que adaptarme, que debía ser alguien diferente para ser aceptada. A medida que me iba adaptando, perdí de vista lo que realmente me gustaba y quién era.

Cuando cambié de escuela, mi madre decidió que necesitaba una actividad extraescolar, pero no me preguntaron mi opinión. Terminé en un club de baloncesto, donde jugué casi 10 años. Mirando hacia atrás, aunque el baloncesto me enseñó mucho, sé que bailar me habría hecho mucho más feliz.
A veces me pregunto por qué mis padres no se dieron cuenta de lo feliz que me hacía bailar… y quizás tú también te preguntes por qué no les dije que quería bailar. La respuesta es simple: en algún momento olvidé que me gustaba.
Poco a poco, me fui apagando y comencé a vivir para complacer a los demás. Y sé que no soy la única que ha pasado por esto.
Nunca es Tarde para Redescubrirse
Hoy, a mis 30 años, he vuelto a bailar. He añadido una clase de baile a mi semana, y la cantidad de alegría y diversión que ha traído a mi vida es increíble. Las clases pasan volando, y al terminar ya estoy deseando que llegue la siguiente. Redescubrir esta pasión ha despertado en mí recuerdos de mi infancia, momentos en los que me sentía feliz y libre, creando coreografías con mis amigas en el recreo.
Ahora, incluso me doy cuenta de que canto y bailo por la casa constantemente. Si esto no es una prueba del gran cambio que ha provocado esta pequeña decisión de bailar una vez a la semana, no sé qué lo puede ser.
Me siento más viva, más conectada conmigo misma y más auténtica que en mucho tiempo.
4 Consejos para Redescubrir lo que Te Hace Feliz
Con esta historia, quiero animarte a que tú también encuentres una actividad que te llene de alegría. Aquí tienes algunos consejos para ayudarte en ese proceso:
Recuerda lo que te hacía feliz de niño/a: Tómate un momento para pensar en esas actividades que solías hacer de pequeño/a y que te hacían sonreír. A veces, lo que nos llenaba de alegría en nuestra infancia sigue teniendo el mismo efecto hoy.
Prueba algo nuevo cada semana o cada mes: Si no estás seguro/a de lo que realmente te gusta, anímate a probar cosas nuevas. Puede ser cualquier actividad, desde clases de cocina, un deporte, pintura o baile. No tienes que comprometerte a largo plazo, simplemente experimenta y observa cómo te sientes.
Escucha tus emociones: Las actividades que nos llenan suelen traernos alegría, paz o una sensación de logro. Fíjate en cómo te sientes después de probar algo nuevo y qué emociones despierta en ti. Si te hace feliz, dale un espacio en tu vida.
Dedica tiempo a hacer algo solo/a: Muchas veces necesitamos tiempo para reconectar con nosotros mismos sin las expectativas de los demás. Dedicar tiempo a algo que te gusta puede ayudarte a recordar qué es lo que realmente te llena.
Nunca es tarde para descubrir una nueva pasión o para recordar algo que habías dejado olvidado. Es mejor empezar ahora y disfrutar de esa alegría que seguir posponiéndolo.
Espero que este episodio te inspire a dar el paso y buscar algo que te llene de alegría.
Nos vemos mañana, y mientras tanto, ¡que disfrutes descubriendo lo que realmente amas!
Laura




Comentarios